Cada año que comienza, los fortineros nos ilusionamos, nos permitimos
soñar con llegar a lo más alto en la tan ansiada Copa Libertadores de América.
Desde el año anterior nos concentramos en mirar el sorteo, vemos y analizamos
nuestros rivales en el grupo, comienzan los nervios, los reproches por la
dificultad o el alivio por lo accesible del mismo, tenemos en cuenta hasta el
largo de los viajes que debemos hacer. Así es como lo vivimos, porque nuestra
pasión por Vélez y este plantel nos permiten soñar con ser el mejor del
continente y enfrentarnos con los más grandes del mundo, esos que ya supimos
derrotar allá por el 94.
Este 2012 no era la excepción, queriamos hacer historia. Veniamos de un
2011 donde nos habíamos quedado en semifinales frente a Peñarol de Uruguay con
un gran plantel. Este era el año para superar lo realizado, por más difícil que
fuese. Es cierto, nos encontrabamos con bajas sensibles como las de Maxi
Moralez y Santiago Silva, pero llegaron
Federico Insúa, Mauro Obolo y Lucas Pratto para reemplazarlos.
El sueño comenzaba en Montevideo frente a Defensor Sporting, donde nos fuimos vencedores con un contundente 3 a 0. Luego nos tocaría enfrentar a Chivas de Guadalajara, un rival con el que no habíamos tenido buenas experiencias, y lo vencimos con otro 3-0. El pueblo fortinero comenzaba a ilusionarse cada vez más. Luego llegaría el primer golpe frente a Deportivo Quito en Ecuador, con una dura derrota por 3 a 0. Las ultimas tres fechas salimos victoriosos en dos (frente a Deportivo quito 1-0, y a Chivas 2-0) y derrotados en una (3-1 frente a Defensor en Liniers). Clasificados como primeros del grupo, en octavos de final, teniamos un duro cruce frente a Atlético Nacional de Colombia en el que salimos vencedores con un 2 a 1 a favor en el global. Ya con la clasificación a cuartos en nuestras manos, esperabamos rival, que sería el Santos de Neymar que venía de eliminar al Bolivar en un global de 9 a 2 que asustaba.
Esperabamos al vigente campeón de América en nuestra casa, en nuestro
Fortín. Los hinchas se acercaban incesantes a las boleterías del estadio, todos
querían su entrada. El día del partido se hacía esperar, los nervios lograban
que las horas se hagan eternas. Tanto en Argentina como en Brasil y demás
países de sudamérica, nos daban como claros perdedores y por goleada. Los
nombres del Santos asustaban: Ganso, Elano, Arouca, Neymar, etc. Pero los
fortineros sabíamos que era posible, que contabamos con un plantel con hambre
de gloria más allá de los nombres. Además veníamos con una serie de lesiones
que dejaban a jugadores importantes fuera de un cotejo trascendental, como
Ortíz, Insúa, Pratto, etc. De tal manera, que al pibe Peruzzi le tocaba bailar
con la más difícil, debía marcar por la banda derecha a la estrella brasilera,
Neymar.
Llegó el día del partido, la familia velezana se acercaba desde temprano
al José Amalfitani. Entre nervios y confianza los hinchas no paraban de
alentar. Con los equipos ya en cancha, los pulsaciones no paraban de crecer.
Cada vez que los brasileros controlaban la pelota, subía una sensación extraña
por el cuerpo de los velezanos que de a poco se fue diluyendo, porque Vélez
supo contrarrestar el juego ofensivo de los visitantes y llegaba de manera
clara al arco oponente. Se Consiguió un resultado importante, un 1 a 0 con
sabor a poco, pero que conformaba de cara a la vuelta.
En la semana previa al encuentro en Brasil, volviamos a sentir las
mismas sensaciones que días atrás. Los nervios y la impaciencia ya eran
costumbre en esos días. Los rumores de goleada por parte del Santos volvían a
aparecer en la mayoría de la gente agena a Vélez, pero los fortineros seguíamos
con la misma, o tal vez mayor, confianza.
Cerca de 1000 fortineros se hacían presentes en Vila Delmiro. El
encuentro comenzaba, Santos dominaba y Vélez buscaba presionar en el campo
rival, lejos de su arco. El primer golpe de la noche llegaría con la expulsión
de Barovero, obligando a Vélez a resignar el ataque. De todas maneras,
seguíamos presionando y controlando al rival, aunque ya con menos chances de
encontrarnos con un gol, que obligaría a los brasileros a hacer tres. El
segundo golpe llegaría cerca del final, con un gol de Santos que llevaba la
definición a los penales, donde se vería el tercer y más duro golpe, la
eliminación desde los doce pasos.
La ilusión y el sueño llegaban a su fin, Vélez era nuevamente eliminado
de la Copa Libertadores. Sin dudas que los reproches no caben lugar. Los
jugadores y el cuerpo técnico dieron todo por la obtención del título. Ante la
adversidad, este grupo supo salir adelante y jugarle de igual a igual al
campeón de América. Los sentimientos de bronca y orgullo se entremezclaron en
el corazon de cada fortinero. Ahora, queda mirar hacia adelante y prepararnos
para una Copa Libertadores 2013 en la que dejaremos todo por ser campeones.
Por Mateo Pernigotti (@mateopernigotti en twitter).
Por Mateo Pernigotti (@mateopernigotti en twitter).
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