Cada vez es más común que el rival de turno llegue al Amalfitani con la intención de rescatar un punto.
No importa si se trata de un equipo “grande”, de uno que pelea por el título o de un conjunto que intente mantener la categoría. Son esos planteos que más le cuesta superar al Vélez de Gareca. Tal fue el caso del sábado por la noche, ante un Independiente que demuestra porqué coquetea con el descenso. Es cierto que once contra once el Rojo fue levemente superior, pero producto de una asfixiante marca en el mediocampo difícil de mantener los 90 minutos. Y fue producto de esa misma marca que Velázquez fue rápidamente expulsado por doble amarilla. En ese momento, las ambiciones ofensivas de Gallego y sus jugadores quedaron limitadas a una pelota parada o algún contra ataque que sorprenda mal parada a la defensa local. Si con el empate en cero se veía conforme a Independiente, luego del gol de Tula la idea era aguantar como sea la victoria.
Ahí es donde aparecen los defectos de Vélez. No solo en el juego
aéreo defensivo, sino en la incapacidad de romper los cercos de los rivales. Son
partidos en los que se necesita mucha precisión o una individualidad para
marcar la diferencia. Años atrás, Maxi Moralez o el Burrito Martínez eran
quienes podían atravesar las barreras humanas y llegar al arco rival. Hoy en
día, aparece Pratto como la única alternativa. Pero Lucas estuvo mal con la
pelota, le costó hacer pie en la cancha y asociarse, quizás producto de cierto
cansancio por la seguidilla de partidos. Insúa puede ser el que de una
asistencia entre las miles de piernas que buscan reventar cualquier balón que
se acerque al área. Pero el Pocho tampoco tuvo una buena noche, no acertó en
los pases y estuvo más tiempo detrás de un jugador Rojo que buscando el espacio
libre para recibir. Entonces, quien tomó el rol de conductor fue Fernando Gago.
La rutilante incorporación manejó los hilos del equipo, asociado a un Sebastián
Dominguez que jugó más en campo rival que en el propio. El ex Real Madrid
distribuyó el balón de un costado al otro y fue siempre alternativa de pase,
sin embargo falló al momento del pase vertical y profundo. A pesar de la
populosa defensa visitante, el Fortín contó con algunas ocasiones de gol. Las
más claras en los pies de Ezequiel Rescaldani. En el primer tiempo, el 9 fue de
los puntos más altos del equipo, pivoteando y asociándose con los
mediocampistas. Definió de gran manera en el primer mano a mano que tuvo, pero
la pelota se estrelló en el palo. En la segunda etapa, contó con otra
oportunidad de frente al arquero Rodriguez, a quien dejó desparramado dentro de
su propia área, pero luego se demoró en empujar la pelota al arco vacío y desde
atrás impidieron el gol.
Sería injusto tirar toda la responsabilidad de la derrota sobre
Rescaldani por esa jugada. También lo sería culpar a Sosa, por su salida
fallida en el gol de Independiente. Vélez no pudo, no supo cómo entrar en una
defensa de siete jugadores. Las veces que estuvo cerca, o la impericia propia
para definir o la buena noche del arquero Rodriguez, se lo impidieron. En
general el equipo estuvo impreciso, estático, demasiado paciente y horizontal.
Es lo primero que se debe evitar ante un planteo como el realizado por
Independiente. Podrá culparse al cansancio, al calor o al rival. Pero se sabe,
que este equipo y estos nombres pueden dar mucho más. Es claro que el nivel
mostrado en estos tres encuentros no es el esperado. Nuevamente hay revancha
pronto, el miércoles ante Deportivo Iquique. El conjunto chileno, seguramente
presente un esquema similar al de Independiente. Se deberá trabajar en esos
aspectos, porque en la Copa
el margen de error es mínimo y el torneo no se puede (ni se debe) descuidar.
Por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).
Comentarios
1 comentarios sobre " No encuentra caminos: Vélez 0 - 1 Independiente "
17 de febrero de 2013, 19:07
Estoy muy de acuerdo con vos Alejandro, buena nota.
Por favor no pasar insultos.
Gracias por visitar PorVelez.com.ar