Victorias mínimas: Vélez 1 - 0 Olimpo

Cuánto suma un 1-0, por más que suene escueto por el rival y la localía, en este momento que transita Vélez. No importa la distancia en el marcador, sino que los tres puntos se queden en casa, algo que quizás en otro momento no se hubiera dado en un partido planteado como ante Olimpo. Porque Vélez demuestra que no descuida ningún frente una vez que pasó el tramo inicial del semestre, en donde aún no había licencia para juzgar.

Cerro, Insúa y Bella, sobre todo cuando apareció más cómodo por la izquierda, mostraron un gran nivel y, junto a un Zapata más enchufado tras su descanso en Quito, mostraron que este equipo vuelve a tener un punto muy fuerte en el mediocampo, sin duda la línea en la que, como el semestre pasado, muestra mayor potencial. No cualquiera se da el lujo de mantener afuera por lesión a jugadores de la talla de Augusto Fernández o David Ramírez y en el banco a Tito Canteros o Alejandro Cabral, y ser capaz de cumplir con actuaciones tan convincentes. Cubero y Martínez, en cambio, tuvieron un buen arranque y después cayeron en sus facetas negativas y conocidas: el de la llegada siempre tarde (esta vez, sumado a un horror infantil con suerte) y el de la gambeta o la pausa de más, respectivamente. El Burrito, al menos, podría haber mostrado su egoísmo a la hora de patear el penal pero, justo ahí, eligió ser solidario.

De todas formas, al Fortín ni siquiera lo amedrentó el correr de los minutos sin abrir el marcador. No se puso nervioso, no cayó en desconcentraciones, y construyó con su solidez un camino seguro hacia el triunfo. Y, si no fue el más corto, al menos le sirvió para recoger confianza en su viaje. Y la victoria, aunque mínima, le permitió mostrar que sigue prendido.

Por Marisa Pontieri (TyC Sports).