La vara muy alta

Vélez obtuvo un buen triunfo en Colombia, para dar un importante paso de cara a los cuartos de final de la Sudamericana. Sin mostrar su mejor versión, el equipo de Gareca cambió la pálida imagen mostrada en Córdoba, aunque las críticas aparecieron igual.

No quedan dudas que el rival es de nivel inferior y debe plasmarse en el campo. A eso mismo hacía referencia Cubero al declarar que la llave debía superar “con autoridad”. A pesar de esto, debe tenerse en cuenta que tanto el rival como los factores externos, pueden afectar el rendimiento del equipo. Más allá de cuántos videos se hayan visto, para los jugadores el rival era desconocido y les llevó 45 minutos encontrar los puntos más débil de La Equidad como también conocer las virtudes. También costó la adaptación a un campo de juego malo, que afectó la idea de juego típica del Vélez de Gareca. También complicó, aunque tampoco perjudicó marcadamente, la altura que se registra en Bogotá. No se sufre como en Quito ni en La Paz, pero también requiere cierta adecuación. También hubo errores que nada tuvieron que ver con estos detalles, sino con malas decisiones o desatenciones de los jugadores. En la primera etapa los centrales fueron “sorprendidos” con pelotazos frontales, previsibles. En el segundo tiempo se cometieron faltas innecesarias cerca del arco propio. Así llegó el empate transitorio, con la gran deuda de la defensa velezana que es el juego aéreo. Incluso pareció haberse “sobrado” el partido por momentos.

Pero el partido se ganó también por las virtudes propias, y no solo por las limitaciones del rival. Con Pratto en un gran nivel y con dos asistencias, el trabajo del resto se hace mucho más sencillo. ¿Se le debe quitar méritos al resto del equipo por tener en él un arma letal? En absoluto. Lucas rinde, como lo ha hecho en los últimos partidos, cuando detrás de él tiene un equipo que lo respalda. Cuando no debe retroceder con la marca hasta el área propia, ni cuando tiene la “responsabilidad” de armar la jugada desde el círculo central. Ahí es donde también debe valorarse el trabajo de Canteros, con pasajes muy buenos aunque algo intermitente, o la recuperación de Cerro, quien volvió a la titularidad en buen nivel. Es cierto que el flojo nivel del rival y su inexperiencia colaboraron, pero no se le debe quitar méritos a Vélez en la victoria.

Antes del inicio del campeonato, Gareca se había manifestado con cierta bronca por las pocas incorporaciones que su equipo había tenido. El Tigre sabe qué exige la gente de Vélez y que ya no alcanza con ganar sino que además se debe jugar bien siempre. Parte de este reclamo es “culpa” suya. Luego de la gloriosa etapa de los ’90, el público se aceptaba luchar un campeonato cada tanto o ganarlo cada cinco años. Ya no es así, se debe pelear siempre y todos los frentes. La exigencia también está en el juego, no sólo en el resultado. El hincha puede perder el foco o la objetividad en estas cuestiones, y caer en una crítica desmedida. La vara está muy alta y seguirá subiendo, habrá que ver qué pasa cuando llegue a un punto inalcanzable.

Por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).