El karma de ser local

Desde la fecha 17 del Torneo Apertura 2011 donde Vélez Sarsfield perdió 0 – 2 en su visita a Rafaela, el equipo de Ricardo Gareca no cayó en condición de visitante, sin embargo, no puede terminar de hacerse fuerte en su cancha.

El “karma”, se traduce al español occidental como “acción” o “hecho” pero, desde la perspectiva del budismo y el hinduismo, este constituye la energía que se desprende de cada una de las acciones del individuo y que condiciona a cada una de sus rencarnaciones hasta lograr la perfección.

De manera que sería importante considerar que los equipos que van a jugar a Liniers, conocen las acciones (virtudes) del equipo de Gareca y actúan en consecuencia, el equivalente a defenderse.

Hubo un tiempo donde estas “acciones” eran justificadas por las grandes individualidades y sociedades generadas por Moralez, Martínez, Silva y demás, pero desde su partida, la impronta del equipo cambió. Se hizo y se hace cada vez más difícil penetrar las murallas que plantean los equipos que visitan el Fortín y los grandes nombres ya no están. Entonces, esas virtudes traducidas en acciones del pasado, son las que condicionan al equipo actual. KARMA.

Alguno se preguntará por qué a los equipos rivales les cuesta tanto ganarle a Vélez en sus canchas, y la respuesta es sencilla. Cuando se juega de local, se trata de imponer esa superioridad, que a priori brinda el escenario. Pero esto, hace más favorable el potencial de los dirigidos por el Tigre que entienden de contras y de manejar y cuidar la pelota ante la desesperación del rival. El partido de ayer en San Juan, da claras muestras de esto. Luego de un primer tiempo apretado donde el equipo cuyano manejó mucho mejor la pelota, un pase filtrado en una defensa abierta puso el primer gol. El segundo y el tercero vienen de sendas contras por la izquierda y la derecha, respectivamente. ¿Y por qué? Justamente porque el rival quiso imponer esa superioridad y no se cerro atrás.

En Liniers la cosa cambia. Las defensas y los medios se amontonan contra sus arcos y la falta de individualidades o sociedades decisivas en los últimos metros, hace que más allá que los jugadores de Vélez manejen la pelota la mayor cantidad del tiempo, no puedan convertir, concluyendo en lo que pasó con Lanús. Una contra a fondo, la defensa lanzada en ataque y gol, algo casi fatal si se tiene en cuenta todo lo anterior.

Por lo tanto, el equipo en esta nueva rencarnación va a tener que solucionar este problema que se le plantea cuando juega de local y si lo logra, llegará a la perfección, la única solución del KARMA.

Por Nicolás Miguenz (@nmiguenz en twitter).