El Bueno: Francisco Cerro. Sin lugar a discusiones, el santiagueño fue de lo mejor que vimos hoy en cancha. Quiero creer que esta opinión tiene común denominador en todos los otros hinchas velezanos que observaron el encuentro. Pancho participó del primer gol, con un pase digno de un clásico enganche, empalmó con su botín derecho la pelota en el segundo tanto -y primero suyo con la camiseta del Fortín- pero por sobre todas las cosas cumplió su rol a la perfección: Corrió y raspó cuando la jugada lo pedía, se mostró como recepción para salir jugando y distribuyó con claridad en el medio del campo. En fin, todo lo que le pedimos a un cinco como la gente, ayer Cerro lo hizo.
El Malo: Fabián Cubero. Si, sé que esta categoría va a generar odios y ganas de linchamiento en plaza pública hacia mi persona. Sobre todo porque es mi primera columna y ya empiezo criticando a un ídolo contemporáneo. Pero hoy el marido de Nicole Neumman no tuvo su mejor jornada -no la viene teniendo hace un par de meses- y por su sector, en la primera parte, se hicieron un festín tanto el lateral izquierdo Emanuel Más como también el Bebu Velázquez (ya de por sí molesta un poco verlo con otra camiseta, peor es con esos colores). Como lo critico también aclaro que en el complemento Cubero tuvo un partido más que aceptable, se hizo bastante fuerte en la marca y sólo sufrió una bella sotana de Poggi.
El Lírico: Lucas Pratto. Reñida decisión en un encuentro donde no abundaron los lujos y sobró la pierna fuerte. Pero en vez de quedarme con las elegantes (y a veces improductivas) pisadas del Pocho Insúa en la mitad de la cancha, Pratto pivoteó con condición y aptitud. También nos regaló una hermosa doble-pared con Allione en la segunda mitad, que terminó con el gol de Ferreyra mal anulado por el línea. Lo de Lucas es la clara exposición de la teoría que los gordos también la podemos mover. Por eso se lleva el premio del lírico.
El Rústico: Fernando Tobio. Antes que nada aclaro, en mi humilde opinión, esta tarde pudimos atesorar uno de los mejores partidos de Fernando, por lo menos en lo que va del año. El nacido en el oeste bonaerense sacó casi todo tanto por arriba como por al ras del piso. Además fue seguro en la marca, no se distrajo en los balones aéreos y no cometió esas tonterías que estábamos acostumbrados a sufrir cuando nuestra dupla de centrales era Uglessich- Pellegrino. El único “tema” fue la manera en sacar todo. Nunca un intento de salir jugando o un pase en habilitación. Yo tampoco pido a un Beckenbauer , pero por lo menos que una no sea a dividir en el medio del campo.
La sorpresa: Gino Peruzzi. No genera asombro el juego de Gino porque ya pudimos apreciar su nivel en el torneo pasado, sobre todo en aquella serie contra Santos dónde se comió a Neymar en dos patys. Pero hoy, ubicándose en una nueva posición, más cerca del arco rival que del área de Montoya, cumplió con creces: Gol, buena proyección e ida-vuelta constante. Sin subirse a los pedestales que la trasmisión repitió constantemente (¡qué manera de quemar a nuestros jugadores viejo!) hay que reconocer y felicitar esta nueva versión de Peruzzi.
Por Jeremias Batagelj.
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