Mendoza es un Fortin!

Van casi 6 años de intensa lucha, hasta que por fin se logró: Mendoza cuenta con su propia peña Fortinera.




Antes de hablar acerca de la organización de la misma, quisiera remontarme un poco en el tiempo, cuando en el año 2006, conocía vía foro al que hoy es el presidente de la misma: Alan Rimoli. Un personaje como quien dice “loco por Vélez”, llegado de Buenos Aires y con muchas ganas de formar un grupo donde los fortineros nos podamos reunir semanalmente a ver los partidos y a debatir sobre el presente del club. Obsesionado por esta idea, Alan se encargó de averiguar por todos lados acerca de una supuesta “peña” fortinera, fundada hacía ya unos 14 años y dirigida por un tal José Landi…la misma nunca apareció (ni siquiera su propio presidente), y nuestro actual presidente se quedaba con las ganas de cumplir sus ideales, hasta que pasó lo que pasó: como dije anteriormente, vía foro apareció quien escribe esta nota, y comenzaban juntos a dar forma a esta iniciativa. No fue fácil. Personalmente, creo que lo más difícil fue conseguir gente (en ese tiempo recordemos no existía el famoso “facebook”, ni mucho menos “twitter” como para conseguir gente a la vuelta de la esquina).

Llegó el momento, y apareció otro “loco como nosotros” (llamémoslo así, en ese momento cada vez que se encontraba a un hincha de Vélez en Mendoza se lo trataba de extraño o simplemente de “porteño”…aun hoy lo siguen haciendo) , Gabriel Robert, quien junto con Alan me facilitarían las cosas para ver por primera vez a Vélez (a todo esto, yo no vivía en Mendoza capital como ellos, vivía en un pueblo alejado llamado Uspallata, donde apenas llegaba la señal de internet, y las vías de comunicación eran escasas). Fueron pasando los días, y cada vez se contactaba más gente con nosotros vía mail (aunque nunca tuvimos la posibilidad de reunirnos con ellos), hasta que llegó la segunda visita del Fortín al estadio Malvinas Argentinas: allí conocimos a Emilio Alvarez, otro fortinero más, quien en la actualidad es el vicepresidente de la peña. Con mucho entusiasmo, enseguida “tomó vuelo” con nuestro proyecto y se predispuso en todo momento, en cada juntada.

Los años fueron pasando, Godoy Cruz ya había descendido, y no había forma de volver a ver a Vélez más que viajando a Liniers (cosa que nos veíamos imposibilitados, ya que la parte económica era –y sigue siendo- una traba importante). El tiempo nos ganó, y el grupo se fue disolviendo, aunque nunca perdimos contacto entre nosotros.

Larga fue la espera hasta poder volver a ver a Vélez en Mendoza, pero el día llego, en el año 2010, Vélez volvía por 3º vez a la provincia, y el grupo se “había puesto las pilas” para contactar gente en la cancha y poder comenzar (otra vez) con la tan ansiada Peña Mendocina. Gran idea fue la de Alan: ir junto con Emilio al hotel donde se alojaba el plantel a darles la bienvenida, la sorpresa llegaría en ese momento, cuando ya en ese lugar, los chicos se encontraron a un grupo de fortineros mendocinos con banderas, que habían llegado con la misma finalidad que ellos. La chispa de la Peña se prendió, y esta gente (en su mayoría jóvenes) aceptó la idea, y no dudaron en unirse.

Ese mismo año, en el Torneo apertura el 9 de octubre, Vélez recibía a Colón de Santa Fe, y la ya formada “filial Vélez Mendoza” (todavía no estaba oficializada) se reunía por primera vez (no es mi caso, yo había tenido que viajar), ¡vaya sorpresa nos íbamos a llevar!, ¡flor de regalo nos hizo el equipo aquel dia! (a quienes no recuerden, un hermoso 6-0 con baile incluido). La decisión estaba tomada: La filial se reuniría todos los partidos en el mismo lugar (Estación “Aspro GNC”, de Brasil y Costanera).

Pasaron los días, pasaron las fechas, Vélez era un firme candidato al título, y la filial se seguía juntando.

Hasta que por fin se dio: Vélez volvía a Mendoza (esta vez con muchas chances de ser campeón, a diferencia de las otras veces), y la filial ya conformada se “activava” con una gran movida: Primero se realizaron remeras (que por cierto tuvieron mucho éxito, y la gente del club quedó sorprendida, y nos pedían incansablemente que les donáramos algunas), luego “panfleteamos” antes, durante y después del partido. Ese día llegamos a hablar con la gente de la subcomisión de peñas del club, quienes optaron por oficializarnos a nosotros, y dar por “descartada” a la peña anterior (asumido por el club: era una peña “fantasma”) y con el vicepresidente 3º, el Dr. Hugo de San Félix, quien nos brindó mucha ayuda y respeto a la hora de tratar el tema. Ese día definitivamente fue pura fiesta: Vélez goleaba, y el club ya nos reconocía como Peña. Incluso, por la cantidad de gente que se unió luego de ese partido, tuvimos que cambiar de lugar de reuniones, ahora nos juntamos todos los partidos en LA ESTACIÓN PETROBRÁS DE DR. MINUZZI Y COSTANERA. Sólo detalles nos alejaban del gran sueño: elegir las autoridades. Este fue un detalle menor para los miembros, ya que las mismas se habían visto reflejadas en las acciones y las “pilas” que le ponía cada uno cuando se trataba de temas de la filial. Faltaba sellar el último detalle (¿menor?) para finalizar los trámites: El nombre de la misma…

¿Y qué nombre le ponemos?, ¿Mario Nogara? (mendocino goleador de aquel Vélez campeón de 1968), ¿Santos Ovejero? (compañero de Nogara en aquella hazaña fortinera) entre otros….había que pensar, porque una vez elegido, no iba a haber vuelta atrás. El nombre no tardó en llegar: Peña Fortinera “Jorge Ariel Guinzburg” de Mendoza, ¿quién mejor para representar a nuestra asociación más que el gran (pero pequeño a la vez) hincha fortinero?, la representación era instantánea: Aquel que supo representar al club en Buenos Aires, en el interior del país y en el mundo, hoy nos iba a representar también a nosotros.

La idea es seguir creciendo, hoy nuestra meta es conseguir que el Club no ayude con los viajes a Buenos Aires para alentar más de cerca a nuestro amado club, y que nos envíen algo de indumentaria.

Costó llegar hasta donde estamos…pero llegamos. Ahora, VAMOS POR MÁS

Fuente: La V Azulada!