¿Cómo arrancar a contar esta historia que tantos capítulos ha tenido? Pocas franquezas, pocas certezas, mucha incertidumbre y un pésimo manejo de ciertas partes fueron solo algunas de las cuestiones que rodearon el presente de Lucas Pratto, su posible salida de Vélez y su supuesto arribo a Nuñez para jugar en River.
Los rumores sobre su salida del club empezaron apenas terminado el encuentro entre Vélez y San Lorenzo por la última fecha del torneo anterior, resultando vencedor el fortín por 3-2 con un memorable gol de penal de Lucas. En la zona de vestuarios los periodistas presentes le preguntaban sobre su futuro infiriendo que estaba claramente fuera de Vélez. Se veía venir que Lucas era, probablemente, el jugador a vender por la dirigencia, en gran medida por el nivel superlativo que viene manteniendo en este último tiempo.
Apareció Palmeiras, el conjunto brasilero que dirige técnicamente Ricardo Gareca, como principal interesado en llevarse al jugador. La dirigencia llegó a rechazar dos propuestas porque les resultaron insuficientes económicamente hablando. Desde un primer momento quedó claro que Vélez no estaba dispuesto a dejar ir al jugador por un monto menor al que ellos consideraban lógico.
Luego de una larga negociación con el club de tierras cariocas, apareció el Valencia español, interesado en el jugador. La propuesta enviada al club le pareció a la dirigencia sencillamente irrisoria por la forma de pago planteada. Apenas unos días después, se cayó esta posibilidad.
Todo hacía parecer que Pratto se quedaba en Vélez. Sin embargo, apareció River. El conjunto millonario se interesó en el jugador, y un circo mediático comenzó a dar vueltas, sin siquiera haber llegado una proposición formal al club por él. Desde periodistas partidarios dando por hecho el pase, hasta Gustavo Goñi, el propio representante de Pratto saliendo a hablar en los medios cuestionando al club por no querer vender a su representado.
Finalmente, tras unos días de incertidumbre, llegó una oferta a las oficinas dirigenciales. No sé si llamarla “formal”, aunque no debería, puesto que el fax que arribó fue poco más que un chiste. Lo que llegó fue una propuesta de dos renglones, afirmando el interés de River por el jugador, y la disposición del club para pagar una suma de dinero. Listo. Ni se aclararon las formas de pago, ni los tiempos, ni ninguna otra cuestión. Poco serio viniendo de un club del tamaño de River. Por si esto no fuera poco, el monto ofrecido por el club de la banda fue insuficiente. River ofreció 4 millones y medio de dólares. La dirigencia se ha manifestado en estos días sobre el tema, y se ha armado cierto revuelo en torno a esto también.
El primero en hablar fue nuestro presidente, Miguel Calello, quien aclaró que era imposible que Pratto jugase en River, ya que Vélez tiene la política de no vender jugadores en el mercado local para no reforzar a la competencia. Días más tarde, se manifestó que la oferta de River había sido rechazada y que el club se desprendería del jugador solo si se pagaba su cláusula de rescisión, tasada en 10 millones de dólares, plata que, lógicamente, River no pagaría por Lucas.
En conclusión; el tema Pratto se ha manejado lamentablemente de una muy mala manera, afectando tanto a Vélez como al propio jugador. Lucas claramente no quiere seguir jugando en el club y esperaba poder ser transferido o bien a River, o al exterior, donde todavía tiene posibilidades de jugar. De quedarse, habrá que ver su desempeño en cancha, pero está claro que un jugador que no quiere jugar en Vélez, no debería hacerlo. Tanto por su bienestar, como el del club.
Por Alan Rosenfeld
Twitter: @RosenfeldAlan
