De estreno en Mendoza y un dato

Al volver a ver a Vélez en cancha, también volvieron los espectaculares poemas de Pablo Crosetti, quien desde una humilde mirada, mezcla sensaciones para representarlas en un poema. A continuación les mostramos la redacción correspondiente al partido que el fortín igualo en 1 con Godoy Cruz.

Y un sábado por la noche volvió, se lo extrañaba demasiado, como para que su vuelta pase desapercibida, Vélez es tan grande que ni la luna se escondía.

Las luces en la estancia Mendocina, iluminaban el estadio con un clima exigente, para estrenar pilcha en la ciudad donde la uva es la excelente.

Salieron a la cancha con paso firme sin trotes a medias, estos viejos conocidos y alguna que otra alma nueva, para defender nuestros colores, esos que no borra la primavera.

Enfrente estaba el Tomba, un equipo que pretende con fútbol trepar nuestra medianera, pero los centros eran obreros y la pelota de Barovero.

Pero a pesar de nuestro arquero, lograron encontrar la forma, de irse al descanso con un gol más nuestro que ajeno.

El entretiempo nos encontraba abajo en el tanteador y ellos con un hombre menos, deberíamos desarticular su defensa y enderezar nuestros anhelos.

Comenzaba el segundo tiempo y como era de esperar, nos esperaban y si podían contragolpeaban. Vélez los atacaba, pero nuestras ideas no prosperaban.

El Gol casi gritamos en una que Martínez erró bajo el arco, de nada sirve echarle culpas, ni fruncir la ceja, el burrito y sus gambetas, siempre liman asperezas.

Cuando por el característico juego asociado, que tiene el fortín como bandera y aliado no ingresaba la pelota, apareció bella con su zapato, para reestablecer la justicia con un golazo.

El pitazo de Lunati, indicó que fue un empate, es verdad se podría haber ganado, pero reservemos las gargantas para recibir al taladro.

Un dato que no es menor y a memoria dispara, es que las últimas dos estrellas ganadas, fueron sin triunfos en la primera jornada. 

Por Pablo Crosetti, @pcrosetti en twitter.