Aguantar y aguantar: Vélez 1 - 0 Estudiantes

En el José Amalfitani, con gol de David Ramirez, Vélez la ganó por 1 a 0 a Estudiantes de La Plata y de a poco se acerca a la línea de Boca Juniors, único puntero del torneo.

Otra fecha más que se gana sufriendo, aguantando el resultado hasta el final, jugando contra el cansancio y contra los ideales de aquel Vélez campeón. Es cierto, aún le cuesta cerrar los partidos o, quizá, no encuentra reemplazante de Martinez, que sufrió una lesión, hoy recuperado.

El conjunto de Gareca no encuentra un juego lindo ni tampoco merece ganar los partidos con tanta claridad, pero estos resultados le dan oxígeno y una continuidad ganadora. Estos factores hacen que parezca que El Fortín aún no murió, y todavía no tuerce cabeza.

Una opinión personal acerca del cambio obligado de Zapata por Cabral. Sin dudas, y después se vio reflejado en la cancha, que el cambio era por Pancho Cerro y no por Alejandro Cabral. Además si vos sacas un hombre de defensa, el único que tenes, no podes poner un jugador de juego. Entonces quedas con Fernandez, Canteros, Cabral y Ramirez, 4 jugadores de juego y poca marca.

Pero la V azulada salió adelante y aguanto el resultado de un pobre y sin ideas Estudiantes. Gracias a Dios que no tenia ideas. El segundo tiempo fue extraño, me hizo acordar a aquel partido con la U. Católica en Chile, que se jugó de una forma "poco Vélez".

De a poco, aquí, en el José Amalfitani, los fortineros se van contentos por el resultado, pero tenemos que ayudar a este equipo a aguantar estos partidos complicados. Seguir con las riendas del triunfo es siempre importante, pero más aún que la gente confíe en este plantel.

Lo más destacado: Fernando Ortiz y su gran autoridad para defender. Para mirar con lupa: Fabian Cubero, de pésimo partido. Cometió 7 faltas, fue amonestado, y de los 15 pases que hizo, 10 fueron mal hechos. La sorpresa: volvió a aparecer el Chapa Zapata, aunque luego salió por Cabral.

El próximo partido será el sábado a las 15 hs. contra Argentinos Juniors, nuevamente, en el barrio de La Paternal.

Por Sebastián Esteban Auro