Desde el pizarrón: U. Católica 0 - 2 Vélez

Vélez se trajo de Chile un triunfo valiosísimo. Extraño en el desarrollo para lo que el Fortín se había acostumbrado en las recientes épocas de planteles más ricos, pero no por eso menos importante. Desde el planteo inteligente de Ricardo Gareca habida cuenta de las numerosas bajas, pasando por la enorme actuación de Marcelo Barovero y la seguridad de la defensa, hasta la entrega de Héctor Canteros para recorrer todo el campo y Guillermo Franco para estar a la cacería del gol hasta el último minuto.

Podrá haber idas y venidas, crecimientos y mesetas, pero ya se empiezan a ver los frutos del fogueo de suplentes en el campeonato local, primero por obligación y luego también por decisión de jugarse todo a la Copa. Hoy, el Fortín tuvo que salir al campo sin varios referentes que, dado que ya se optó por un frente, se creía que iban a estar disponibles. En una ráfaga de lesiones un conjunto se vio mermado imprevistamente, y por ello era importante contar con un recambio ya probado. Claro, jugar afuera de visitante exige otra actitud y por ello el resultado fue más meritorio. Bíttolo volvió a tener una actuación sólida: no se proyectará como Papa, pero muestra buena marca y velocidad, Cerro no estuvo en su mejor noche pero no desentonó, y Bella tampoco, pero se despachó con un golazo.

El equipo se caracterizó por su esfuerzo y versatilidad, llevando al máximo la concentración ante la obligación de su rival y, salvo por los cabezazos del primer tiempo y el tramo inicial del complemento, consiguió neutralizar a la Católica antes de que alcanzara peligro profundo. Un aplauso para los protagonistas, que fabricaron así una victoria con margen de cara a la revancha.