Una renovación obligada

El campeonato que finaliza cierra un buen semestre para Vélez Sarsfield. Si bien no se consiguieron títulos y la lucha por el campeonato pareció perderse mucho antes de la derrota con Tigre, el conjunto de Gareca nuevamente finalizó entre los primeros cinco, compartiendo la tercera posición, y superando los 30 puntos. Solamente en un torneo, desde que el Tigre es técnico del club, no se llegó a esa marca. En el plano internacional se perdió inmerecidamente y por penales, ante un rival que asustaba pero que fue reducido tanto en Liniers como en Brasil. 

Más allá de los resultados y muchos cambios de nombres que se dieron durante las tres competencias, la idea de juego fue siempre la misma. Posesión de pelota, paciencia, desborde. La reserva, conducida por Almandoz juega a lo mismo y también peleó el campeonato hasta las últimas fechas. Es esta idea de continuidad, la que permite generar un recambio. Una renovación obligada, por cuestiones económicas y generacionales. Zapata, por ejemplo, es una pieza muy importante en el medio campo. Sin embargo tanto Cabral como Bella dejaron de ser jóvenes promesas para ser confirmaciones. Al mismo tiempo, asoma en ese sector Federico Freire, un zurdo de gran manejo y pegada que hace recordar las apariciones de Ricky Álvarez. Peruzzi como lateral o volante por la derecha, surgió y eliminó nada menos que a Neymar en los cuartos de final de la Libertadores. Bíttolo muestra cada vez mayor personalidad y determinación, al igual que Tobio adaptándose a cualquier puesto de la defensa. Mientras siguen surgiendo nombres que, de a poco, se van ganando el derecho de pelear, al menos, un puesto en primera: Ferreyra, Desábato, Pucheta, Blanco.

“Vélez es un club vendedor” remarca siempre el presidente Calello. No sólo eso, es un club “productor”. Esta dirigencia y cuerpo técnico tuvieron la virtud de comprar bien y mantener cuando no se producía. Ahora se ven obligados a vender o dejar ir. El nivel que muestran Augusto y el Burro Martínez hacen imposible sostenerlos en Argentina. Serán dos nuevas joyas que exportemos y disfrutaremos, con orgullo, por televisión. Tal vez, ahí comprenderán algunos, lo que los fortineros ya sabemos, son dos jugadores de selección.

Cada fin de año, cuando se dudaba de la continuidad de Gareca como entrenador, el Tigre sostenía que los procesos largos generan desgaste, cansancio, tanto del jugador como del técnico. Puede ser que esta renovación sea también un refresco, un volver a empezar. Son seis meses en los que se disputará un torneo (ya que la Copa Argentina seguramente arranque para Vélez mucho más adelante), lo que permite acortar el plantel y darle rodaje a los jóvenes. Por eso, Gareca puede aceptar tantas bajas con pocas incorporaciones y pensar en la formación de un gran equipo de cara al 2013. Es la ilusión que tenemos todos los hinchas de Vélez.

Por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).