Errores y despedida

Vélez se va de la Copa sin ser Vélez. Newell's fue más en los 180 minutos y la suerte no acompañó. Se sumaron graves errores en la vuelta y falta de ideas. Ahora queda analizar un semestre muy flojo, para retornar al buen camino.

En pocos pasajes del semestre Vélez pareció ser un equipo de Gareca. Impreciso, frágil defensivamente, sin ideas y por momentos sin actitud. Un par de buenas actuaciones ante Peñarol y un rival mediocre como Deportes Iquique permitieron una cómoda clasificación a los octavos de final de la Copa. El flojo andar del equipo mantuvieron una luz de alerta, y se esperaba una llave particularmente difícil. Ni siquiera la victoria en Rosario quitó esa preocupación, a sabiendas que el rival era por demás complicado.

A las virtudes del Newell's de Martino, Vélez le agregó gran cantidad de errores propios, para hacer aún más trabajosa la serie. De entrada, Allione pierde la pelota cuando todo el equipo avanzaba, lo que dejó mal parada a toda la defensa y Casco pudo poner en ventaja a la visita. Con el correr de los minutos, Vélez se acomodó mejor en cancha y se acercó al arco de Guzmán. Cerro fue la bandera, encarando por izquierda. Gago, volvió y cumplió, se asoció bien con Pancho y con Insúa. Copete tuvo destellos, desbordando por izquierda. Pero la pelota no quiso entrar y sobre el final del primer tiempo, el regalo mayor lo hizo Sabia que tardó en acomodarse y perdió la pelota ante Scocco, dejando al delantero mano a mano con Sosa. Encima Vélez no liga, porque el goleador del campeonato local definió mal, pero el rebote del arquero uruguayo cayó nuevamente en los pies del rosarino y definió con el arco vacío.

En la segunda parte, Gareca movió el banco. Romero y Ferreyra ingresaron por Allione y Copete. Era el equipo que se había perfilado como titular, pero el Tigre prefirió apostar por los jugadores que más recorrido por las bandas le aportan. Con los cambios Cerro jugó como volante por izquierda, Romero por Derecha y Gago quedó en el medio. Arriba, Pratto e Insúa rotaban por las bandas y el Chucky peleaba en el medio. A juzgar por el rendimiento, puede pensarse que el partido se empezó perdiendo en la táctica, lo cierto es que los errores velezanos y el desgaste leproso del primer tiempo, pueden haber influido en el desarrollo de la segunda parte. En los últimos 45 minutos, Vélez fue un monólogo. Se descuidó totalmente en el fondo, pero desbordó por ambas puntas a la defensa visitante y contó con, al menos cinco situaciones de riesgo. Nuevamente la suerte no quiso patear para el lado del Fortín. Llegó el gol de Ferreyra y dejó diez minutos a pura ilusión, pero no fueron suficientes. Pasaban los minutos y las ideas desaparecieron progresivamente, hasta el pitazo final.

Se suma una nueva frustración en el ámbito internacional. Esta vez un poco más temprana, pero quizás estando más cerca de lo esperado. Quedará para hacer en frío un análisis global de la situación. Habrá que ver si los bajos rendimientos, grupales e individuales, se deben a un mal semestre o al final de una época. Los motivos de las lesiones y cuánto influyeron en el ánimo del plantel. La decisión de abandonar tan rápidamente el torneo local. Y trabajar con esfuerzo, para recuperar el nivel antes del 30 de junio, fecha de la Final del torneo, sumar una nueva estrella y clasificar a la próxima Copa Sudamericana, porque el dolor se superará cuando llegue una nueva ilusión.

Por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).