Allá vamos

No sobró demasiado, la defensa sigue flojita y hubo que padecer el suspenso. Pero más de golpe que de a poco, Vélez recuperó su espíritu. Y fecha a fecha se va encargando de borrar esas dudas del arranque para apuntar cada vez más alto. Contra Olimpo, el Fortín en conjunto dejó un saldo netamente positivo: suplió ausencias importantísimas, no se desesperó cuando se vio superado, no se enojó cuando un penal inventado* lo dejó como al principio y no aflojó cuando se acercaba a cumplir el objetivo.

Atrás los problemas persisten sin distinciones entre sus cuatro protagonistas y el arquero. Aunque ya, entre sus características de juego y la tarea que le asigna Gareca, a Papa cada vez se lo ve menos como defensor si se mide su compromiso con la marca. Por allí hubo que padecer muchos avances, aunque su imagen se haya redimido con una incursión clave en la red rival. También, y más allá de las dudas en el juego aéreo, se vio una inusual y escasa contención entre los centrales y los volantes, y por allí se gestaron avances por abajo que también generaron zozobra en el equipo. Arriba sí hubo mucho para elogiar, con el inestimable Ricky Alvarez, el siempre vital Martínez y un Vuletich que resultó más valioso sin la pelota que en contacto con ella.
Lo mejor de Vélez remite a algún conocido axioma humanístico: el todo es más que la suma de las partes. Paso a paso, el equipo crece renovado, superando los obstáculos y sin olvidar que puede seguir mejorando a paso arrollador si aprovecha todo su inmenso potencial. Ahora, llega el momento de pensar en Chile. Con todo, que se puede. Allá vamos.

Por Marisa Pontieri (TyCSports).

* ¡Cuidado! Uno quiere pensar que los increíbles rumores de clausura al Amalfitani por unos bochornosos hechos propiciados por la policía, las durísimas críticas a la cabeza de la AFA de parte de un ex dirigente muy asociado al club y los incipientes pero graves errores en contra del equipo no tienen nada que ver entre sí, pero… siempre vale estar atentos.