lunes, 19 de abril de 2010

Animos Caldeados



Entre todo lo que pasó en la noche caliente de Avellaneda, lo que menos debe procupar es el nivel del equipo muletto. Porque estos habituales suplentes bien supieron encontrar la ventaja y mantenerla con cierta solidez y luego perdieron el rumbo merced a una inesperada inferioridad numérica y la búsqueda de un rival herido y necesitado que pasó al frente como una tromba. Antes de ello, Torsiglieri y Tobio habían mostrado una vez más su fortaleza atrás, hasta Lima rindió, Coronel había tenido una gran noche, Cabrera y Cabral no habían desentonado y la única deuda seria estaba en la creación. Pero claro, para mantener la entereza y la concentración en desarrollos con tantos ribetes como el de Racing hace falta mucho más rodaje. Por eso, aunque se hayan ido derrotados, episodios como éste aportan para no volver a cometer los mismos errores.

Una de esas fallas que no deben repetirse son las expulsiones. Esta vez, los hechos que protagonizó Ricardo Alvarez tienen atenuantes por su edad, pero eso no los eximen de rozar lo inadmisible. Las rojas ya cansan. Más allá de si Ricky, de enorme futuro, insultó o no al mal árbitro que es Collado, los jugadores deben ser conscientes de que son profesionales de un juego en equipo y que sus protestas pueden poner el riesgo el trabajo de todos. Igual Alvarez es el menos culpable, porque su roja colmó un vaso al que suelen aportar muchos experimentados a los que sí les cabe una mayor responsabilidad.

Esa expulsión desató el descontrol y la derrota, y el descontrol llegó hasta Gareca, cuya erupción verbal coronó el hervidero que fue la jornada. Difícil abordar el tema de lo que dijo el Tigre. Sabemos que tiene razón, que todavía molesta haber arruinado el negocio del Tiki-Tito, pero si hizo bien en decirlo bajo estas circunstancias genera dudas… Por empezar, no sabremos nunca si Alvarez estuvo bien echado, por lo que sus palabras siempre podrán interpretarse como una excusa. Además, queremos pensar que puertas adentro habrá al menos un leve tirón de orejas. Después, esos dichos desdibujan su imagen como un conductor equilibrado ante sus dirigidos. Pero, por otro lado, demuestra que nuestro técnico tiene perfil bajo pero no es ningún iluso pechifresco. Y eso a nosotros, los hinchas, nos identifica.


Por Marisa Pontieri (TyCSports).

Comparte esta noticia!

votar

#PorVelezRadio

#PorVelezRadio

Más Noticias:

 

Seguinos en: Facebook y Twitter . Nuestro mail: porvelez@hotmail.com | El Staff de "PorVelez.com.ar"