Alcanzó, pero falta: Tigre 0 - 1 Vélez

Una victoria complicada de visitante, en un partido bravo por donde se lo mire, difícilmente se sustente apenas en méritos futbolísticos. Justamente, el valioso triunfo sobre Tigre que Vélez se trajo de Victoria bien puede explicarse desde la fortaleza y la actitud colectiva que golpearon a fondo en inferioridad numérica, simplemente porque el juego del Fortín lejos estuvo de sus mejores veladas.

No en vano este Tigre no ganó en lo que va del torneo. Incomoda imaginarse así qué hubiera sido de Vélez si le tocaba enfrentar a un equipo que, por lo menos, lo moliera a centros para probar un rubro en que el debut de Sosa estuvo lejos de conformar. Felizmente no fue así, pero ello no evitó que el Fortín demostrara lo errático que puede llegar a lucir solamente por los presentes de sus protagonistas, sin que nadie los fuerce a equivocarse.

Una vez más se lo vio muy flojo a Insúa. Su estado físico, siempre alejado del ideal, lo lleva a no poder implementar sus ideas en tiempo y forma, y lo convierte en un jugador que de vez en cuando es determinante, cuando lo que Vélez necesita es justamente lo contrario: un creador que de vez en cuando se dé el lujo de no gravitar. El problema es que hoy no tiene reemplazo. Otro que sí y que se mantiene en una preocupante nebulosa es Cabral, más allá de que su gol lo haya redimido y lo haga inmune a reclamos.

Qué decir de la pérdida de Cerro, entre sus excesos y sus tantas veces solitarias responsabilidades… Por lo menos también en su lugar contamos con relevos de nivel. Y de las numerosas veces en que Cubero debió tomar la lanza del ataque, en otra muestra de la falta que hace un abanderado ofensivo. Sin dudas y aunque sume, Poroto no nació para eso.

El triunfo permite así trabajar con tranquilidad, pero por ahora no revive la ilusión. Por si hace falta recordarlo, si el panorama no es alentador no es precisamente por culpa del técnico ni los jugadores, sino de quienes predestinaron a este semestre a una transición forzada. Por erorres pasados, el equipo sigue sin poder dar el salto de calidad que implica candidatearse a la gloria, aunque su próxima cita frente a un rival como Racing bien puede hacerle retomar esa senda prometedora que abandonó tras vencer a River y San Lorenzo.

Por Marisa Pontieri (TyC Sports).