Cachetazo de entrada: Emelec 1 - 0 Vélez

Ésta Copa Libertadores 2013 no es una más. La ilusión de los hinchas está más grande que nunca. Hay motivos: el nivel del equipo a finales del 2012, la llegada de Gago, la sed de gloria (y de revancha) del cuerpo técnico y de jugadores. La Copa, produce a todo Fortinero un cosquilleo especial. Por eso, se esperaba ansioso este primer partido en Ecuador. Tanto se esperaba, que el viernes en la tribuna visitante del Diego Armando Maradona se entonaron todos los temas relacionados a la Libertadores. Sin embargo, el estreno no fue el esperado. El equipo jugó mal (a nivel colectivo e individual) y se perdió merecidamente.

En la previa de cada torneo, cuando se mira el fixture, uno estima que partidos debe ganar, en cuáles un empate es valioso y cuáles son aquellos “perdibles”, de acuerdo al objetivo final. En este “mini torneo” de seis fechas que es la fase de grupos de la Copa Libertadores, en el cual con ser segundo de cuatro alcanza (luego se debatirá la importancia de la tabla general, de cara a la fase eliminatoria), uno predice que se deben sacar los nueve puntos que se disputan de local y con obtener dos o tres puntos de visitante el objetivo estaría cumplido. De acuerdo al grupo que le tocó al Fortín, uno se imaginaba obtener un triunfo en Chile y la posibilidad de perder en Uruguay o Ecuador, destinos donde obtener un empate estaría más que bien visto. Sin embargo, la derrota de ayer fue un golpe fuerte, pero no por perder tres puntos sino por el nivel de juego que mostró el Fortín.

Los dirigidos por Gareca se vieron superados desde el inicio del partido. Un equipo largo, sin poder demostrar lo que mejor sabe hacer: el juego asociado, paciente y vertical. No pudo demostrarlo porque para lograr eso es necesaria la tenencia de la pelota, cosa que Vélez nunca consiguió. Mucho más difícil se hizo con la salida de Federico Insúa. El Pocho, una de las figuras en La Paternal estaba también camino a serlo en Guayaquil, pero su temprana salida (afortunadamente por un golpe menor, que no lo marginará de las canchas) impidieron que el 10 maneje los hilos del equipo. En su reemplazo ingresó un tibio y apático Copete que nunca se hizo dueño de la pelota, mucho menos logró ser armador de juego o siquiera preocupar a la defensa ecuatoriana. Gago, con sacrificio para recuperar y criterio para distribuir, junto al esfuerzo permanente e incansable de Pratto, fueron las virtudes ofensivas del equipo. Muy poco, para lo que acostumbra Vélez y más aun con la abundancia de errores defensivos. Tan solo Sosa y Dominguez tuvieron una actuación aceptable.

A pesar de la pálida imagen se pueden encontrar aspectos “positivos” o, al menos, cosas que permiten no entrar en el pánico y la desesperación. El equipo fue dominado, prácticamente, los 90 minutos y a pesar de ellos la derrota fue por la mínima diferencia y un gol de casualidad (sin mencionar que la falta sancionada para el tiro libre previo fue, al menos, discutible). La derrota llega en la primera fecha, lo que da tiempo a la recuperación (vale recordar la caída como local ante la Universidad Católica, en el semestre que el Fortín fue semifinalista de Copa y campeón local). Retomando los cálculos (totalmente subjetivos y personales) mencionados al inicio, la derrota fue “previsible” o “esperable”. La revancha será pronto y de local, tanto el sábado ante Independiente, como el miércoles contra Iquique, el público fortinero debe demostrar que la confianza en estos gladiadores no ha mermado. Finalmente, puede ser un cachetazo tempranero, de esos que ayudan a despabilarse y despertar rápido, para lograr los objetivos.

por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).