Vélez, un equipo copado

Sueño. Ambición. Deseo. Eso y mucho más representa la Copa Libertadores de América para la familia fortinera.

El inicio del camino hacia el objetivo máximo está a la vuelta de la esquina. Vélez comenzará el próximo martes 12 de febrero su décimo-cuarta participación en el torneo continental más importante de todos.
Este año se llevará a cabo la quincuagésima cuarta edición de la copa que comenzó en el año 1960 bajo la denominación de “Copa de Campeones de América”. Luego, en el año 1965, se pasó a llamar “Copa Libertadores de América”.

Vélez tuvo su primera participación en 1980, cuando llegó hasta las semifinales. Su segunda presentación en el certamen continental fue precisamente el año más glorioso de su historia: 1994. Un equipo plagado de ídolos tales como Chilavert, Bassedas, Asad, Flores, entre muchos otros. Con Carlos Bianchi al mando Vélez lograba por primera y única vez alzar este trofeo, al vencer en una inolvidable final al Sao Paulo en el mismísimo estadio Morumbí. La definición fue para el infarto: Vélez se impuso por penales con Chilavert como principal figura. Se escribía de esta manera la página dorada de la historia fortinera. Los títulos siguieron y el año culminó con la consagración como campeones del mundo tras vencer al Milan por la Copa Intercontinental disputada en Japón.

Desde entonces, el deseo de repetir aquel día memorable se nos viene negando.
En las tres participaciones siguientes de 1995, 1997 y 1999 Vélez no logró superar la barrera de los cuartos, octavos y cuartos de final, respectivamente.

En las ediciones de los años 2001, 2002 y 2004, el equipo sufrió prematuras eliminaciones en primera ronda.

El sueño continuó gambeteando a nuestro Vélez: cuartos de final en el 2006 y octavos en el 2007.
La llegada del “Tigre” Gareca alimentó las esperanzas fortineras. Sin embargo, el equipo repitió octavos de final en el año 2010.

Las esperanzas eran enormes para la edición del 2011. Todas las miradas estaban puestas sobre el club de Liniers; sobre nuestro Vélez. Los pronósticos daban al Fortín como uno de los principales candidatos. No obstante, la suerte nos jugó una mala pasada. Santiago Silva malogró un penal a pocos minutos de finalizar el partido en la revancha ante Peñarol. Un penal que podía darnos la clasificación a la final. Un penal que podía seguir agrandando la esperanza velezana. Un penal que podía hacer aún más grande al gigante que es Vélez.
En un ajustado cruce ante el Santos, el año pasado, el team de Gareca cayó en cuartos de final.

La espina se hace cada vez más grande. Los hinchas fortineros vivimos cada partido al borde del colapso. Se viene otra copa cargada de ilusiones. Una vez más depositamos nuestra confianza en manos de este equipo que tantas satisfacciones nos dio en el último tiempo. Un equipo que tiene el plus de entremezclar experiencia y juventud. Jugadores que dejan hasta lo último en la cancha. Con Cubero como estandarte; la seguridad de Sosa; la garra de Dominguez y “Pancho” Cerro; el talento de Gago; la zurda experimentada del “Pocho” y la explosión de Copete, Pratto y Ferreyra, el equipo intentará una vez más alzar el trofeo del torneo de clubes más importante del continente. Esta vez puede ser la vencida para los gladiadores de Liniers.

Preparen sus gargantas fortineros, alcen los brazos y tengan un champagne a mano… Por eso te pido esta noche, tal vez lo puedas entender que la Copa Libertadores se queda en Liniers.

Por Mariano Bargach.