Código penal

Encuentro mas duro de lo que se pensaba se dio ante un equipo alternativo de Olimpo. Por ellos el partido debió decidirse desde el punto penal, una vez mas la fortuna no estuvo por estos aires.

Duele la eliminación, por el riesgo que conllevó, de ir con lo mejor que se tenía disponible, con el riesgo de sufrir algún imponderable. Por desgracia esto así sucedió con la lesión de Peruzzi, una nueva lesión a la larga lista.

No es nueva esta racha adversa en las series desde los doce pasos. Los ejemplos están a la vista, penal malogrado en Libertadores 2011, eliminación ante Rosario Central por Copa Argentina, y quizás la mas dolorosa por como se suscitó el cotejo ante Santos.

Una vez mas queda claro lo de "lotería" en la definición por penales. Las diferencias de categoría e individualidades quedaron de lado, y es en el lenguaje coloquial, suerte o verdad.

En esta eliminación, la suerte ya comenzó esquiva al ser contenido el primer remate ejecutado por el Pocho Insúa, el tramite cambiaba de repente. Con los penales sucesivos convertidos, y el penal contendido a Freire la suerte parecía estar sentenciada.

El pulso a la hora de definir no le temblo a Leandro Gil, y deja al fortín con las manos vacías en una competencia a la cual había apostado muchísimo al variar respecto a la pasada edición.

Se regresa de Catamarca con un sabor muy negativo, no solo por la derrota, sino por perder un nuevo jugador por lesión, y no poder encaminar el rumbo en el ámbito local.

Una vez mas, el código penal claramente no estuvo de este lugar, ese código que varias veces dejó el grito atragantado en las miles de gargantas. Toda racha adversa está para ser revertida, esperar que la próxima sea favorable, y una a la parcialidad en un grito en común.

Por Marcos Chaile.