Desde la derrota ante Olimpo comenzaron a observarse situaciones que
no eran habituales este último tiempo. Hechos que fueron aumentando,
luego de la inesperada eliminación ante el ignoto Ponte Preta. Ahora
bien, ¿Qué nos queda, ser optimistas o realistas?
Por naturaleza uno siempre al optimismo, a pensar que sólo es una mala
racha, productos de decisiones equivocas. Desde otra mirada la
realidad marca que desde enero a la fecha, una moneda corriente fue el
tema lesiones, desde Cabral, pasando en su tiempo por Ferreyra o
Romero, hasta lo más reciente de Mauro. No hay dudas que sin tener una
línea todo es cuesta arriba.
La realidad es mayor y superior al optimismo, por el lado que se mire.
Cuesta por más que uno desee tener esa ilusión, porque a excepción de
la Supercopa Argentina, se disputaron cinco competencias, y en ninguna
se pudo cumplir con los objetivos planteados de entrada ¿En qué se
falló para perder el optimismo?
Ver nombre por nombre, y su posible reemplazo, marcan una pauta de la
perdida de fe. Uno de los casos más claros es Juan Sabia, llegó a
principios de año como una alternativa a la consolidada dupla
Domínguez - Tobio, y dejó puras inseguridades, errores de jugador
amateur. Después los casos de Insúa o Rescaldani, los rendimientos en
un nivel muy pobre. Se puede sumar a esta lista Copete, llegaba con
interesantes pergaminos del fútbol colombiano, y sus condiciones hoy
en día se asemejan al paso fugaz del Rayo Ramírez.
Por otra parte; al tener un crecimiento en lo deportivo en este
lustro, hace que de una u otra manera, empiece a aparecer en escena,
un mal de los clubes, lo cual Vélez no es la excepción. El claro
ejemplo fue el asesinato de Diego Bogado tras un cotejo de Copa
Libertadores o las agresiones de la barrabrava denunciadas por
simpatizantes al término del encuentro ante River. La realidad es esa,
desde la parte de tribuna, es algo que no logra sumar, donde el único
perjudicado es el hincha genuino.
El optimismo por seguir coreando al Tigre el torneo próximo año se
estrella contra un muro de realidad. Todo hace indicar que poco a poco
va finalizando su exitoso ciclo, donde sólo queda la deuda pendiente
de un certamen continental. Luego de caer frente a Olimpo, en caliente
realizó declaraciones que se interpretaron como su adiós. Tras eso,
confirmó que seguiría hasta el fin del certamen. Realidad y aceptar
que estamos viviendo los últimos cuatro partidos de una brillante
etapa.
Optimismo al pensar que el semestre próximo comenzaremos con una
triple competencia. Torneo local, Libertadores y Copa Argentina, se
avecinan en el futuro incierto. Una vez más de la vereda de enfrente
se avecina la realidad, con un plantel que no va a presentar grandes
variaciones, y se deberá afrontar lo venidero con lo que hay, y lo que
todos conocemos.
Ahora pasa por cada uno de nosotros, de que manera queremos tomar lo
que nos indique la tombola del destino ¿optimismo o realidad? Poco a
poco la suerte de El Fortín, está echada, las cartas en la mesa
dispuestas a ser barajadas. Todo hace pensar que lo inmediato
comenzará una etapa de transición, donde se aspire a un futuro y no a
un corto plazo. La respuesta a la retórica surgirá de cada uno,
siempre poniendo ante todo el bien de la institución.
Por Marcos Chaile.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
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