Ser de Vélez

Quizás me esté aventurando a escribir la nota más difícil que me haya tocado. No porque no tenga material o porque no sepa de que estoy hablando, sino que pasa todo lo contrario. Me veo en la difícil tarea de tratar de expresar en algunas líneas lo que siento y lo que siente cada uno de nosotros por ser hincha de Vélez. Debo tratar de describir lo que sienten, cuanto menos, un millón de personas (quizás más) que tienen una v azulada en su corazón. Voy a intentar expresarlo de la manera más sencilla posible, a ver si de una vez por todas se termina de entender qué tan grande somos. No solo en títulos, sino a nivel club y gente.

El hincha de Vélez es distinto a todos. No sólo le importa que el equipo gane el domingo, o que salga primero a fin de torneo. Claro que le interesa salir campeón (que bastante seguido lo hace), pero siempre y cuando esto no sea a costa de hipotecar el club por compras millonarias. Al simpatizante fortinero le han enseñado otra cosa desde chico. Le inculcaron el sentido de pertenencia, el poner el club por sobre cualquier nombre u hombre. Desde José Amalfiani en adelante, Vélez ha trabajado en ser una Institución socialmente activa, que no sólo se preocupa por el fútbol, en la cual la familia puede ir a la cancha y caminar por sus instalaciones tranquilamente. Desde las épocas de "Don Pepe" la gente incorporó esa línea de pensamiento y la tomó como un proyecto a seguir en los años. Cuenta Raúl Gámez que la gente le decía a Amalfitani que quería salir campeón, a lo que el máximo ídolo de la historia fortinera respondía "Si quieren ser campeones háganse de Boca o de River, acá le damos importancia a la familia". Casualmente el propio Raúl, es en estos tiempos quizás el máximo exponente del ideal de Amalfitani. Ideal al que la gente velezana ha respondido muchísimas veces. Se puede destacar las elecciones del 2002, la cuales ganó el propio Gámez, habiéndole dicho al hincha que iba a vender todos los jugadores porque el club estaba en una mala posición económica. Ante tal anuncio ¿Qué hizo la gente? Lo eligió. Entendió que en lo deportivo le iba a ir pésimo, pero que el club había que ponerlo en orden. ¿Se imaginan un candidato a presidente de Boca o de River prometiendo que va a vender todo el equipo? No saca ni el uno porciento de los votos. ¿O hay algún otro club en el que su máximo ídolo sea un dirigente? Eso es la gente de Vélez.

Muchas veces he discutido con amigos, sobre jugadores que desde nuestro club pasan a otro de la Argentina o se van a jugar afuera. Cito palabras textuales que me han dicho: "Ustedes putean a todos los que se van a otro club porque no aceptan que son equipo chico". Que poco entendés... No todos los jugadores que se van son insultados y, casualidad o no, terminan siendo mal recibidos los que le hacen algún daño al club. El jugador que se porta bien con Vélez, vaya a donde vaya, siempre es bien recibido y tiene las puertas abiertas. Porque este es un club que te da todo, al igual que su gente y lo único que le pide al jugador, es que se porte de la misma manera.

Claro que todo ese gran modelo de club nos gusta mucho más ahora, porque viene acompañado de títulos. Pero todos entendemos que es el camino, que lo segundo fue consecuencia de lo primero. Por eso al hincha de Vélez no le gusta cuando se malvende a un jugador. Por ese motivo no le gusta que el club traiga muchas incorporaciones ya que hay una gran cantera. Por eso a los pibes del club se los banca siempre. Por eso al hincha de Vélez le da vergüenza que le aparezca un muerto en el club. Es posible que la gente de otros clubes no lo entienda. Somos distintos y así nos gusta ser. No hay otra explicación posible, somos de Vélez.

Por Tomás Amerio (@ameriotomas en twitter).