Camino a lo alto: San Lorenzo 1 - 2 Vélez

Vélez está transitando momentos claves con una grandeza admirable. Sin poder consolidar una formación por lesiones o suspensiones, se cargó en fila a River y San Lorenzo y salió de la seguidilla con la confianza sólida y el objetivo bien claro: pelear hasta el final por el Torneo Inicial. 







Trabajando en silencio ante los vaivenes dirigenciales que obligaron a rearmar todas las líneas, Ricardo Gareca consiguió ensamblar las piezas entre experimentados, refuerzos, comodines, promesas y hasta discutidos y convertirlas en un equipo que se anima a candidatearse sin titubeos.

  No era fácil presentarse con todo el estadio en contra, y hasta soportar sin distracciones el error arbitral que permitió el empate. Pero el Fortín marcó la cancha de entrada y, pese a sus puntos flojos a la hora de defender por las bandas, se cubrió con una gran tarea de Montoya y los centrales, fagocitó al rival desde el medio con un Lucas Romero intachable y fue letal con la velocidad de Bella (si pensara más sería un jugadorazo), el cerebro del Pocho Insúa y la enorme dupla Pratto-Ferreyra: el Gordo y el Flaco que se entienden a la perfección y no se olvidan de la red.

Alentar a un equipo así, que no se achica y siempre busca ser protagonista, aún cuando tendría más de una excusa para suavizar sus pretensiones, genera orgullo. Las pruebas más resonantes quedaron aprobadas con creces y ahora volveremos a los rivales sin tanta prensa pero igualmente complicados. Estos resultados provocarán más recaudos de los adversarios en el futuro, sobre todo en el Amalfitani. Y también habrá que saber jugar contra eso.

Por Marisa Pontieri.