Medallero fortinero: Vélez 2 - 0 River

Tercera entrega de este podio que intenta resaltar lo más importante del juego. A continuación podrán ver las mejores cosas del equipo (tanto en los premios del bueno, el lírico y la sorpresa) correspondiente a la victoria ante River por 2 a 0. Pero también advertir con la categoría del malo, las pequeñas cuestiones a corregir. “Atenti” que desde empecé con los medalleros, nuestro fortín no conoce la derrota. 

El Bueno: Lucas Pratto. ¿Es justo que un solo jugador se lleve el crédito del baile de anoche? No, claro que no. El equipo tuvo su mejor funcionamiento del torneo, reduciendo a la mínima expresión el volumen de juego de River – prohibiéndole la circulación de pelota en el mediocampo- , atacando ordenado (y con criterio) y por sobre todo, pareció que el encuentro se disputó en el patio de una casa o en aquellas canchas de baby donde sobresalen las libertades y no hay lugar para ataduras ni presiones. Pero cómo este premio es injusto, hay que designar a una sola persona. Y el ex atacante de la Universidad Católica aparece un escalón más arriba que Iván Bella en un hipotético podio. No porque el zurdo –inteligentemente devenido en 8- no se lo merezca: Por la banda derecha esquivó a cuán rival con remera roja se le cruzara y además del gol, hizo expulsar a Funes Mori. Sin embargo Pratto, a mí, me puede. No sé si por la contextura física, por ser un nueve que puede tirarse unos metros más atrás, por tener olfato goleador o por esa capacidad para aguantar la pelota, el partido del platense fue superlativo. Por esas causas y varias más, merecidísimo premio para él.

El Malo: Emiliano Papa. Si fue difícil la elección de la figura, más aún es nombrar una persona que en las cuentas finales del partido aparezca con saldo negativo. Quizás el rosarino sea el número puesto por su expulsión (siempre Loustau contra nosotros, viejo!) pero por esa mancha en el rendimiento, no hay que menospreciar la actuación del lateral izquierdo anoche. Porque cuando fue necesario anticiparse, secó al uruguayo Mora en ataque. Cuando la jugada pedía cerrarse, se hizo bastante fuerte al lado de Domínguez – qué placer es ver jugar a Seba de esa manera- y en el momento de cambiar la velocidad, de pasar al ataque- sin obviamente parecerse a campeonatos anteriores- Emiliano lo hizo con criterio y siempre respetando la pelota al ras del piso, premisa que baja desde la cabeza del Tigre Gareca. En fin, en mi opinión, ni la suspensión opaca la buena labor de Papa y para el próximo partido, queda nomás confiar nuevamente en Mariano Bittolo, que hace bastante viene pidiendo pista.

El Lírico: Lucas Romero. Al término del partido, lo hablé con unos conocidos y todos estuvimos de acuerdo que el pibe – hasta hace tres meses, suplente en reserva- demostró además de no tener miedo en poner la pierna fuerte, trabar cuando corresponda y hacer los relevos de los defensores que se mandan para adelante, en su debut como titular, que no es para nada un negado con la pelota, de esos cincos rústicos, al estilo del recordado Mencho Bustos. No se achicó, siguió bastante las jugadas y nos regaló dos pisadas (una en cada tiempo) que generaron como respuesta desde la popular, aplausos y el famoso grito unísono: “Bien pibe”. Es decir, grandiosa actuación de Romero y auspiciosa promesa del futuro. Esperemos que siga así.

La Sorpresa: Facundo Ferreyra. Reconozco que es polémica la decisión de elegirlo al Chuky , teniendo en cuenta excelentes actuaciones de juveniles sin tantas oportunidades – llámese Peruzzi, Bella, o el ya mencionado Romero- pero me sorprendió del joven delantero su facilidad para manejarse de espaldas y sus desmarques. Si ya sé, se podrá objetar que se erró tres goles casi hechos. Pero también habría que decir que en esas jugadas y en una linda habilitación a Pratto, Ferreyra se fabricó los espacios ya sea picando al vacío o aguantando la pelota. Además con sólo 21 años se lo vio bancarse las patadas, luchar de igual a igual con la dupla central de River (jugadores experimentados que pisan los treinta años). Para ser más simples: sus desmarques, su inteligencia para pivotear y su guapeza para jugar son cuestiones que sorprenden y es menester rescatarlas.

Por último agregar y agradecer una vez más en el partido de anoche a estos jugadores (y por qué no al cuerpo técnico) porque además del partidazo hecho, gracias a Dios me imposibilitaron encontrar un jugador para rellenar la categoría del rústico. Además de buen juego, pocas cagadas y buena leche. Gracias de vuelta.

Por Jeremías Batagelj (@jbatagelj en twitter).