De lo nuestro, lo mejor: Vélez 2 - 0 River

En el triunfo ante River se vio la mejor versión de Vélez en este Torneo Inicial, tanto adentro como afuera de la cancha. En especial teniendo en cuenta el rival, el marco y los problemas que tuvo Gareca para armar el equipo.

Una versión “emparchada” de Vélez dio un espectáculo en el Amalfitani. Enfrente un rival con algunos problemas, pero en alza y con algunos nombres propios de nivel internacional. Un marco impresionante, que jugadores como Tobio, Peruzzi y Bella habrán visto en sus participaciones inesperadas en definiciones de Libertadores, mientras que para Romero y Chucky Ferreyra habrá sido algo inédito en su carrera.

Lo mejor que tuvo el Fortín, sin dudas, fue el rendimiento colectivo. Fue superior a River en todas sus líneas y no se vieron puntos bajos en tareas individuales. Lo más flojo quizás haya sido Papa, pero más por una expulsión innecesaria aunque discutible, más pensando que la primera amarilla tampoco pareció un acierto del árbitro. Otra de las cosas a destacar de los gladiadores de Gareca, fue superar el nerviosismo de la gente a causa de la, al menos, mala tarea de Patricio Loustau, quien claramente no fue coherente en algunas sanciones (especialmente en las faltas ofensivas), que pasó por alto un codazo del uruguayo Mora y en el segundo golpe que aplicó el delantero visitante fue amonestado.

Más elementos para demostrar el gran partido fortinero fueron las cinco jugadas de riesgo contra el arco millonario en los primeros diez minutos. Momento en el que más de uno (y en esta observación me incluyo), creímos que sería uno de esos partidos en los que la pelota no iba a querer entrar. Barovero, aplaudido por la mayoría pero también ignorado o insultado por grupos menores, se convertía de a poco en figura. Pratto y Ferreyra jugaron, marcaron, se pelearon, aguantaron pelotazos frontales. Bella e Insua triangularon con ellos y desbordaron a los laterales. Cabral y Romero se sumaron a la creación y ganaron la mitad de la cancha. El partido fue redondo.

Desde afuera se acompañó de la mejor manera. La cantidad de gente que se acercó al Amalfitani, sabiendo que volvería a su casa cerca de la medianoche, fue más que importante. El recibimiento organizado por la Subcomisión del Hincha fue perfecto. Una clara muestra que, aunque quieran reprimir y limitar el folclore futbolero siempre habrá una nueva muestra de la pasión del hincha. Otra virtud se vio al momento de los incidentes en la tribuna visitante, el hincha fortinero se dedicó a alentar a su equipo y en menor medida a burlarse del rival, ni a generar otros disturbios que puedan afectar al estadio ni a la institución.

Una victoria que podría haber sido goleada histórica. Una lección de fútbol y actitud. Un partido para recordar y repetir, tanto por jugadores como por hinchas. Un nuevo triunfo como local, el segundo consecutivo, algo que no se daba hacía demasiado tiempo. Lo mejor del Fortín.

Por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).