¿Un partido más..?: Vélez 2 - 0 River

Los últimos dos campeonatos de Vélez tuvieron una baja en el desempeño en condición de local. Es más que claro que la partida de grandes jugadores influyó en ello, pero así como luego de la derrota con Lanús en el Amalfitani por la 3° fecha quién escribe comentó que era fundamental para las aspiraciones de campeonato hacerse fuertes en el Fortín, es justo ahora y más después de la clase de fútbol que brindaron los dirigidos por Gareca el fin de semana, hacer una mención de ello.

El del domingo no fue un partido más, por la envergadura del rival y porque el desempeño del equipo invita a la ilusión. El estadio estaba colmado, o con mucha más gente que la habitual, y el colorido que brindó y pensó la Sub Comisión del Hincha, hizo sentir al público velezano que estaba en un partido de Copa Libertadores. El marco estaba listo, sólo faltaba ver que iba a pasar en la cancha. En la semana el técnico había tenido algunos problemas para formar el equipo: el referente y capitán, “Poroto” Cubero, estaba en duda y finalmente no jugó y sumado al desgarro que sufrió el termómetro del equipo y dueño de la mitad de la cancha, Francisco Cerro, obligó al Tigre utilizar a un jugador que pocos conocían y que enseguida demostró a fuerza de garra y dominio del medio campo, que Véleztiene un futuro en Lucas Romero.

La localía, eso que todos queríamos ver plasmado en el equipo se hizo sentir. Vélez fue compacto y por eso en el juego, no se lo extrañó a “Pancho”. Jugadas bien combinadas y transiciones veloces, hicieron de los de Gareca, un rival insostenible para River que a priori, luego del gran partido que jugó el anterior fin de semana contraNewells Old Boys,era un rival más difícil.

Las actuaciones fueron todas parejas y la figura fue el equipo, porque esta vez si fue un equipo (valga la redundancia). Funcionaron todos. Insúa rápido y pensante, Pratto incisivo, activo y brindado en defensa y el “Chuky” Ferreyra aguantando todo, rivales y pelotas, hicieron pensar que al menos un por un rato el gran tridente Martínez, Moralez y Silva estaba en cancha y con la “V” azulada en el pecho. La defensa impecable, aunque sufrió la expulsión de Papa que llegó un poco a destiempo en un cruce. El medio campo fue brillante. Como comenté anteriormente a Romero poco le importó el rival y sólo demostró su hambre por jugar. Bella fue un tractor con sexta marcha, desbordó lo que quiso y ayudó constantemente en defensa, mostrando la versión más Di María que se le vio. Cabral preciso y cerebral al igual que el Pocho, le hicieron sentir al rival lo difícil que es jugar en Liniers y lo difícil que será en el futuro.

Lo que queda de acá en adelante será ratificar esta gran actuación y consolidar esta manera de juego en conjunto, que pocos tienen en Argentina. Pero el del domingo no fue un partido más, porque los jugadores disfrutaron del desempeño que tuvieron y quieren repetirlo en lo sucesivo, y de lograrlo se podrá ver en el país un equipo con estilo europeo, tanto fuera como dentro de la cancha.

Por Nicolás Miguenz (@NMiguenz en twitter).