El bueno: Leandro Desábato. Fue un pulpo en el mediocampo, en el cual fue nuevamente el único jugador de marca que tuvo Vélez Sarsfield. En cada contraataque que de Lanús siempre estuvo Leandro para frenar el avance y pasar rápido la pelota al pie de un compañero. No tuvo ninguna falla, sacando el terrible patadón a Silvio Romero en el segundo tiempo.
El malo: Brian Ferreira. El tiempo que ingresó en el segundo tiempo bastó para ser el peor jugador del equipo. Nunca acertó con un pase a sus compañeros, en el momento de crear la jugada se le hacia una nebulosa en la cabeza y perdía tontamente la pelota. Ni hablar cuando el “Fortín” se puso en ventaja y era el momento de defender, porque en ninguna situación se esforzó para ayudar a sus compañeros. DESASTRE.
El lírico: Ariel Cabral. Su mejor partido de lo que va el campeonato, tuvo mucha pisada y pases precisos. En este nivel, ayuda muchísimo a la conducción del equipo y el equipo se transforma cuando toma el estandarte Ariel.
El rústico: Leandro Somoza y Leandro Desábato. Ambos 5 de cada equipo rasparon de lo lindo en la mitad de la cancha, hasta llegaron a tener choques de alto voltaje entre ellos. Somoza se ganó la amarilla al comienzo del partido, cuando propinó una plancha sobre el tobillo rival. Desábato, promediando el segundo tiempo, tuvo una pelota dividida en la que llegó tarde y le dejó los tapones marcados en el muslo al delantero granate Romero.
Por Nicolás Lalanne
Twitter: @elkiky
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