Los cracks no se discuten

El salto de calidad. La excelencia. La experiencia. El currículum. La espalda. Cuando Fernando Gago arribó a nuestro Vélez saltaron todos los atributos como resortes. Fue inesperado. Fue una gran apuesta de la dirigencia que cristalizaron el ofrecimiento que recibió el mánager. De movida fue todo un acontecimiento, una figura de elite, de primer nivel mundial, de Selección Argentina, nos elegía para un nuevo periplo en el país. Por seis meses, como sea. Pero el suceso fue y es novedoso. Quien dice que no se pueda extender, quien dice.

El Plantel sufrió una andanda de lesiones, los soldados fueron cayendo uno a uno en una mala racha sin precedentes. Y Gago lamentablemente cayó también en la volteada de los desgarros. Infortunios del fútbol, imprevistos de ocasión. Con las generalidades de la ley del resto, debió empezar la recuperación. Y el alta llegó para un nuevo cotejo seleccionado donde también tuvo molestias. Algunas voces fortineras se alzaron reticentes y dudosas al respecto. Aparecieron murmullos. Se tejieron historias, se habló del dinero a percibir por el jugador. Inexplicable. Las lesiones no se buscan ni se provocan solas, son situaciones de juego. Mirar con sospecha sin pruebas fehacientes no es sano.

Sabiendo que el objetivo es la Copa Libertadores y teniendo la confianza que tenemos con Ricardo Gareca, el mismo entrenador lo considera indispensable y vital para recorrer ese camino. El rival mira con otros cuando observa quien esta enfrente, a los adversarios de alzada hay que contrarretarlos del mismo modo.

Paciencia y tranquilidad. Valoremos a los que juegan a otra cosa. Alentemos sin impaciencia a quienes defienden la "V" Azulada. Ese salto de calidad está garantizado y los cracks no se discuten.

Por Daniel Ortiz.