Medallero fortinero: Vélez 3 - 0 San Martín de San Juan

Otra nueva entrega de este podio que intenta rescatar los aspectos más interesantes  del juego. Finalmente llegó la victoria en el Torneo Final, aquella que nos había resultado esquiva en los últimos dos compromisos locales, pero sin embargo eso no es lo que resulta más satisfactorio, sino volver a ver a ese equipo superior, que por momentos pasa por encima a los rivales y en los momentos más delicados, sale adelante apoyándose en sus jugadores de mayor experiencia.

El "Bueno": Federico Insúa. Bien podría quedarme con Romero, quien nuevamente demostró  que el documento, a la hora de jugar en el verde césped, es un papel innecesario y con tan sólo dieciocho años, otra vez fue patrón del mediocampo. Pero ese pequeño escalón más arriba donde se sitúa el ex-enganche del América de México, se debe principalmente a sus destellos de calidad. Sé qué a veces su magia es esporádica y da la sensación que su mejor versión pertenece a otra década, pero anoche, con diez, quince minutos de inspiración, sentenció el partido. Centro a la cabeza de Cubero para el uno a cero, desmarque y definición -como indica los libros-  para el segundo tanto y después tocar la pelota como pocos saben en este fútbol argentino. Con eso alcanzó. Ah, y de yapa, algún que otro lujo dibujó con su botín izquierdo.

El "Malo": Iván Bella. Difícil, muy difícil seleccionar a un jugador velezano que se haya destacado negativamente en el  encuentro contra los sanjuaninos. Son aquellos partidos donde el rendimiento colectivo funciona casi a la perfección y cualquiera de los trece jugadores -queda exento Fede Freire- supera la barrera del aprobado, de los seis puntos, en el hipotético puntaje que sirve para evaluar a los futbolistas una vez que nos encontramos esperando que se retire la parcialidad visitante. Pero como esta categoría está creada morbosamente para seleccionar a un jugador, en mi humilde opinión, Bella anoche siguió por el camino del no-destacamento, dicho de una manera coloquial. Que se entienda, no digo que el zurdo devenido en "ocho" haya jugado mal, sino que por su trayectoria (aunque no se crea, ya lleva más de ciento veinte partidos con la camiseta del Fortín) por el marco del partido -contra San Martín uno espera que los de habilidosos se destaquen- pero por sobretodo por su potencialidad que tanto conocemos, Iván jugó quizá un poco debajo de las expectativas. Nada preocupante. Simplemente que no desarrolló todo su juego.

La "Sorpresa": Jonathan Copete. Minuto 18, venimos de zafar con una gran atajada de Seba Sosa y una vez más, la mala suerte nos moja la oreja generando la lesión del  tan querido Lucas Pratto. Ingresa el colombiano y la delantera fortinera aparece formada por dos integrantes que al inicio de la temporada, luchaban hasta quizá por un puesto en el banco de suplentes. Siendo sincero, no creía que el delantero nacido en las tierras de Jairo Castillo, iba a generar una revolución por izquierda y el control del partido caería en manos del único equipo del torneo local que sale a jugar de igual a igual en todas las canchas (gracias Tigre por malacostumbranos a eso). Pero se ve que me equivoqué y al igual que el partido contra Peñarol, el "negro" hizo pesar su velocidad y su potencia ante los defensores rivales. Junto a Papa -ese es el nivel que te pedíamos, Emiliano- y a Fede Insúa, lastimó en varias oportunidades. Y pese que a veces nos hace parecer que se le complica un poco el control del balón cuando se encuentra en espacios reducidos, es bueno para nosotros, los hinchas, saber que Copete está cada vez mejor y que puede abrir con su rapidez característica, algún que otro encuentro cerrado y trabado.

Por Jeremías Batagelj.