martes, 20 de noviembre de 2012

Duele pero no mata

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La derrota ante Boca del último domingo se sufre como todas, o un poco más. Pero el pasado nos recuerda que son los golpes que sacan la fortaleza del equipo.

Sin dudas que no es cuestión de cábalas, ni de aferrarse a coincidencias del pasado. Simplemente vale recordar que no es la primera vez que el Fortín tiene un tropezón, cerca de un final feliz. Vélez no perdió por el nerviosismo típico de una definición de campeonato. La derrota tampoco fue por un rival superior, ni una actuación arbitral sospechosa. Fue una de esas noches en las que la pelota no quiere entrar, el arquero y los defensores rivales se erigen como grandes figuras y cuando ellos no aparecen la fortuna los respalda. Se intentó de muchas formas: al estilo de Vélez, con juego asociado, desbordes, lateralizando hasta encontrar espacios, y también al estilo de la mayoría, con bochazos al área a ver qué pasa.

Dos casos extremadamente similares llegan a la memoria de los fortineros: la caída ante Central en el ’93 y la derrota contra Instituto en el 2005. En ambos casos fueron los arqueros quienes sostuvieron la victoria de sus equipos y aparecieron puntuados con 10 en los matutinos del lunes. Bonano y Caranta, en aquellas ocasiones empezaron ante Vélez a llamar la atención de River y Boca respectivamente. Pero también vale recordar otros casos: el Clausura 2009, ya con Gareca en el banco de suplentes, lo presentaba al Fortín como único invicto y tras la derrota en La Plata ante Gimnasia muchos temieron que se caería definitivamente el equipo. Al contrario, se hizo más fuerte y ganó en Jujuy, superó la lesión de Cristaldo, logró un fantástico empate ante Lanús (un rival directo) y luego venció a Huracán en el recordado encuentro del 5 de Julio. Años más tarde, cuando el Tigre volviera a llevar al club de sus amores a lo más alto del fútbol argentino, Tigre se impuso por 2 a 1 en Victoria en la 16ª fecha. Luego, el Fortín vencería a Godoy Cruz en el Amalfitani y Huracán en Parque Patricios, consagrándose campeón horas más tarde cuando Lanús caía ante Argentinos Juniors en su casa.

¿Por qué perder la ilusión o entrar en pánico? Ni siquiera se ha perdido la punta. Vélez sigue dependiendo de sí mismo. No sirve mirar ni comparar el fixture que cada equipo tiene por delante. No se debe especular donde puede perder algún punto cada rival. Tal como lo remarca Gareca en cada declaración, Vélez debe preocuparse por Vélez. No debe perder la brújula de saber que trabajando de la misma forma que lo hizo a lo largo de las 16 fechas puede superar cualquier obstáculo, incluyendo un partido desempate. ¿Por qué creer que no será posible festejar? El equipo no ha bajado de nivel, no tiene lesionados de peso y los jugadores demuestran que mantienen el hambre de victoria, especialmente en la bronca que mostraron al final del partido.

No hay niveles individuales preocupantes, al contrario. Tobio demuestra fecha a fecha estar en un nivel muy alto. Sosa justifica la decisión de Gareca de incluirlo en lugar de Montoya. Cerro, sin ser el “pulpo” de las primeras fechas sigue siendo fundamental en el medio. En Bella puede encontrarse el punto más flojo del equipo, pero Peruzzi está recuperado y puede volver a ser el volante por derecha. Si bien la ventaja que existía ya no está, la ilusión debe estar más firme que nunca, al igual que el apoyo de la hinchada fortinera.

Por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).

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