Un poco de suerte también es necesaria

¿Quién va a negar que Vélez tuvo la fortuna necesaria para ganar en Floresta? Sin querer decir con esto que el triunfo no haya sido merecido. Los dos tiros en el travesaño defendido por Sebastián Sosa, dan cuenta del guiño que el destino le hizo al Fortín en Floresta. Quien se queda con esa imagen, puede creer que Vélez se llevó un premio exagerado, pero al analizar los 90 minutos se puede concluir que la victoria es merecida.

Luego del partido ante Boca, todos los fortineros reclamaron a la suerte que tire un poco para su lado. Tantos goles errados y rebotes desafortunados dieron la sensación de un campeonato que se alejaba. Fue uno de esos encuentros en los que la delantera velezana parecía estar embrujada, y con sus yerros se perdía un campeonato. Tan solo siete días más tarde, se cambiaron los roles.

El encuentro ante All Boys se presentó trabado y sin grandes ocasiones. Algo lógico por la instancia del torneo y las características del Malvinas Argentinas. El primer tiempo lo mostró a Vélez muy superior a su rival, pero sin poder plasmar el dominio en llegadas ni el marcador. La segunda etapa inició más equilibrada, pero fueron los locales quienes contaron con las situaciones más claras de gol. Los remates del colombiano Montoya Muñoz y Mauro Matos que dieron en el travesaño, más el cabezazo de Vildozo que despejó Sosa fueron las situaciones de mayor riesgo del encuentro. La fortuna en que dieran en el travesaño los primeros dos, y de haber encontrado a Sosa bien ubicado la tercera, permitieron mantener en cero el arco velezano. La realidad también marca que el Fortín tuvo un número similar de llegadas al arco de Cambiasso: un mano a mano de Insúa y un remate de lejos de Papa en el primer tiempo, más un tiro libre del Pocho, un remate alto de Ferreyra y una definición fallida de Copete en el segundo, muestran que si como en el boxeo debía elegirse un ganador “por puntos” era Vélez.

Quizás por esos méritos, más devolver tanto sufrimiento que la Diosa Fortuna le hizo pasar al Fortín a lo largo de este campeonato (agregando el encuentro ante Lanús), fue que el travesaño se encargó de rechazar lo que la defensa no pudo. Vélez merecía un mimo del destino que tantas veces le jugó una mala pasada, especialmente en la era Gareca, y llegó en el momento justo. Quedan dos finales más, y es bueno que la suerte empiece a ponerse la camiseta con la V.

Por Alejandro Germino (@alegermino en twitter).